El expresidente Evo Morales denunció este martes, tras la imputación formal por un caso de trata y tráfico, que es victima de una «brutal guerra jurídica» orquestada por el Gobierno con el objetivo de entregarlo a EEUU «como un trofeo».
«Denuncio al mundo que soy víctima de una brutal Guerra Jurídica (lawfare) ejecutada por el Gobierno de Luis Arce que se comprometió a entregarme como trofeo de guerra a EEUU», señaló el expresidente en sus redes sociales.
Ayer, la fiscalía de Tarija informó que hay una orden de aprehensión vigente contra Morales y que se lo imputó por el delito de trata de personas agravado, por un caso vinculado a su supuesta relación con una adolescente el año 2014.
Morales señaló que al igual que muchos presidentes izquierdistas de América Latina, «se inventan delitos» en su contra y que no se respetan los principios constitucionales de presunción de inocencia y debido proceso. «Me condenan y fusilan jurídica, política y mediáticamente. No tienen pruebas, solo consignas y odio desenfrenado», escribió.
Morales aseveró que la guerra jurídica se dio porque durante su mandato no permitió las intromisiones «del imperio norteamericano», destacando incluso «haber expulsado al embajador de Estados Unidos y a sus agencias saqueadoras y represoras».
Además, ha acusado al Gobierno de no sólo buscar su fin político y moralmente», sino también de querer acabar con su vida. «Por eso intentaron envenenarme y matarme», ha asegurado.