
La población también ha expresado su rechazo ante un posible incremento en el precio de este alimento básico.

Ante las recientes advertencias del sector panificador sobre un posible incremento en el precio del pan de batalla, el Gobierno boliviano salió al paso para desmentir categóricamente esta posibilidad y reafirmar su compromiso de mantener el precio actual del alimento básico.
En los últimos días, la ciudadanía expresó su preocupación ante la posibilidad de un alza en el precio del pan, un producto de consumo diario y fundamental en la dieta boliviana.
«Siempre compramos el valor de 8 a 10 bolivianos por día; si sube llegaríamos a comprar el valor de 15 y esto afecta a todas las familias», lamentó una ciudadana.
Las vendedoras de barrio también se sumaron a la preocupación, señalando que un aumento en el precio afectaría negativamente las ventas: «afecta, en especial si son familias numerosas», comentó una vendedora.
En respuesta a estas inquietudes, el Gobierno boliviano, a través del Viceministerio de Comercio Interno, aseguró que no se permitirá ningún incremento en el precio del pan de batalla.
«En enero de este año se ha suscrito un convenio entre Emapa y la Confederación de Panificadores de Bolivia, que son la instancia orgánica, en este sentido señala que el precio del pan se va a mantener en torno a la dotación de harina a un precio subvencionado y además, los panificadores están recibiendo azúcar a un precio expectante, por lo tanto, el precio del pan tiene que mantenerse invariable», enfatizó el viceministro de Comercio Interno, Gróver Lacoa.
El viceministro Lacoa explicó que el Gobierno boliviano mantiene una política de subvención a la harina y el azúcar, insumos esenciales para la elaboración del pan de batalla. Esta subvención permite que los panificadores adquieran estos insumos a un precio menor que el mercado, lo que a su vez garantiza que el precio final del pan se mantenga accesible para la población.
Agencias