
La situación financiera del Gobierno Autónomo Departamental de Tarija atraviesa un escenario complejo debido a la disminución de ingresos por regalías e hidrocarburos. La reducción en las transferencias nacionales, especialmente del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y del Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus Derivados (IEHD), amenaza con generar un déficit significativo en el presupuesto departamental hacia fin de año.

En diálogo con El Guadalupano Periódico Digital, el gobernador de Tarija, Óscar Montes, explicó que, aunque el Ministerio de Economía proyectó inicialmente 373 millones de bolivianos de ingresos para esta gestión, la realidad refleja montos muy por debajo de lo esperado. Esta diferencia preocupa a la administración departamental, que ya enfrenta dificultades para cubrir compromisos económicos.

Montes detalló que, según la planificación oficial, el departamento debía recibir cada mes alrededor de 31 millones de bolivianos por concepto de regalías. Sin embargo, los depósitos reales han oscilado entre 19 y 24 millones, acumulando un déficit de 77 millones hasta agosto.

Respecto al IDH, la autoridad recordó que de los 62 millones asignados, solo 43 millones llegan directamente a Tarija, pues el 30% se destina al pago de la Renta Dignidad. A pesar de esta cifra ajustada, las transferencias mensuales también han sido menores, generando un déficit adicional de 5 millones acumulados hasta la fecha.
El gobernador advirtió que, siguiendo la proyección actual, al cierre de la gestión 2025 el déficit podría alcanzar 115 millones de bolivianos en regalías y 7 millones en IDH, sumados a 23 millones menos del IEHD. Esto representa un total de 146 millones que, aunque presupuestados, no ingresarán físicamente a las arcas departamentales.

“Estamos hablando de recursos que están escritos en el papel, pero que nunca llegarán al banco. Eso significa menos inversión, menos obras y menos capacidad de respuesta a las necesidades de la población”, puntualizó Montes durante su explicación pública.
El consolidado presentado por la Gobernación muestra que, de 446 millones previstos hasta agosto, apenas se recibieron 200 millones, es decir, 97 millones menos de lo planificado. El promedio mensual que debería bordear los 37 millones ha caído a 22 o 23 millones, generando serias limitaciones de gestión.
Finalmente, Montes reiteró que esta situación no responde a una mala administración local, sino a la caída de la producción de gas y a las proyecciones sobredimensionadas del nivel central. En ese marco, pidió comprensión a la población y alertó sobre la necesidad de un debate nacional sobre nuevas fuentes de ingresos que garanticen estabilidad a las regiones productoras.
