
Tarija continúa impulsando actividades que fortalecen su identidad y dinamizan la economía local. Este fin de semana, la región se alista para disfrutar de una nueva edición de la Feria de San Anita, una manifestación que rescata costumbres ancestrales y da vida a la comunidad de Tomatitas.

En contacto con el periódico digital El Guadalupano, la directora de Cultura y Patrimonio de la Gobernación, Lic. Cinthia Choque, explicó que esta quinta versión se realizará el domingo 20 de julio a partir de las 09:00 horas. “Es una oportunidad para revalorizar nuestras tradiciones y al mismo tiempo potenciar la producción de nuestra gente”, afirmó.

El evento contará con la participación de productores locales, artesanos y gastrónomos que exhibirán lo mejor de sus cosechas, tejidos, cerámicas y platos típicos, generando un espacio ideal para el intercambio comercial y el fortalecimiento del turismo interno.

Choque subrayó que la Gobernación trabaja de manera coordinada con el comité organizador de la feria, con el fin de asegurar un desarrollo ordenado y garantizar que tanto expositores como visitantes puedan disfrutar de la jornada en un ambiente seguro y festivo.
Además de la muestra productiva, la feria incluirá presentaciones artísticas y culturales, resaltando danzas folclóricas, música autóctona y actividades recreativas para niños, elementos que contribuyen a mantener vivas las expresiones populares propias del valle tarijeño.

Por otro lado, los organizadores destacaron el compromiso de los comunarios de Tomatitas para recibir a los visitantes con calidez y hospitalidad, ratificando el espíritu colaborativo que caracteriza a las ferias patronales.
Se espera que el evento logre convocar a cientos de familias tarijeñas, así como turistas de provincias vecinas, quienes tendrán la posibilidad de disfrutar de la gastronomía local, adquirir productos artesanales y ser parte de la riqueza cultural del departamento.
Finalmente, Choque extendió una invitación a toda la población para que asista a esta celebración que, más allá de un encuentro comercial, representa un homenaje a la herencia cultural que identifica a Tarija ante Bolivia y el mundo.
