Una boda realizada a finales de diciembre en un céntrico salón de eventos de Sucre dejó hasta la fecha el trágico saldo de un fallecido con sospechas de covid-19, al menos tres hospitalizados –entre ellos el novio– y más de una quincena de personas con la enfermedad. Uno de los invitados pide a las autoridades suspender este tipo de actividades sociales que, según constató en carne propia, son un foco masivo de contagio.
Del matrimonio los invitados esperaban llevarse recuerdos memorables, pero desde el día de la fiesta, por el contrario, todo ha sido para el olvido. A más de dos semanas de esa celebración, uno de los invitados, contactado por CORREO DEL SUR, reflexiona sobre las consecuencias de este acto social.
Él cuenta que recibió la invitación de manera sorpresiva. “Nos agarró en curva la noticia de su matrimonio”, dice refiriéndose al novio, que actualmente se encuentra internado y recibe un tratamiento de plasma en un hospital covid-19 de la ciudad.
DESDE MONTERO
El contrayente radicaba en Montero, lugar desde donde varias personas arribaron para la actividad social. “Vino mucha gente de Montero; de los 120 invitados, unos 30 eran de Montero”, revela a este periódico.
Dice que escuchó de los propios visitantes que en aquella ciudad oriental las cosas estaban más relajadas y que se desarrollaban con normalidad “los asaditos”, las reuniones de amigos.
Luego de la boda religiosa –que se adelantó por las restricciones de horario que rigen en Sucre–, todos se dirigieron a un conocido salón de eventos ubicado en el centro histórico. En la puerta les tomaron la temperatura. “El local tenía algunas medidas de seguridad, pero no suficientes, no había buena ventilación”, agrega el invitado.
Al ambiente cerrado ingresaron más de un centenar de personas, según calcula él. Los baños tampoco estaban bien acondicionados, en su criterio, “debían ser un poco más limpios”. Durante la fiesta los participantes no respetaron las medidas de bioseguridad. “En una fiesta no hay distanciamiento, tampoco el uso del barbijo, uno no se va a sacar y volver a colocar para comer y demás”.
“Como había música oriental, se agarraron de las manitos y todo eso”, recuerda al mencionar que la recepción fue bastante alegre y que se sirvió un plato cocinado que habría provocado malestares estomacales entre varios de los invitados. Tanto así que ellos no acudieron a la fiesta del día siguiente, realizada en un domicilio particular.
En los días posteriores un familiar del invitado, que también participó de la boda, comenzó a sentir dolores de garganta y de cabeza. “Al quinto o sexto día me dice: ‘te cuento que estoy perdiendo el olfato, y vamos a hacernos sacar la prueba’”.
Los resultados les llegaron cuatro días después.
LOS PRIMEROS SÍNTOMAS
Con el temor de haberse infectado de coronavirus y ante los primeros síntomas, comenzaron un tratamiento de vahos de eucalipto, antigripales e ivermectina, fármaco que toman de manera profiláctica. “Hemos exagerado en tomar medicamentos desde el viernes”, confiesa.
En esos días conoció que el novio y otros invitados habían dado positivo, así que se contactó con las personas que compartieron la mesa para recomendarles que se tomen la prueba, mientras su familiar ya atravesaba la etapa inflamatoria.
“De los diez que estábamos en la mesa, a cuatro les salió positivo”, revela al señalar que en uno de estos casos toda una familia resultó contagiada. Asimismo, por redes sociales se enteró de que se solicitaba plasma para una de las invitadas, que estaba en la mesa contigua.
LA TRAGEDIA
Lo peor se conoció diez días después del acontecimiento social: el testigo de la boda civil –familiar del novio– había fallecido, según les dijeron, por una reacción anafiláctica y con síntomas de covid-19, en Santa Cruz.
Varios de los familiares del desposado dieron positivo, el hermano del novio estuvo internado, y el mismo recién casado ahora mismo está en un hospital.
“Está delicado, saturando 87 y 88, la voz no se le escucha muy bien, no puede respirar”, lamenta el declarante. Él observa que no se haya realizado un bloqueo epidemiológico en las primeras semanas del este rebrote por parte de las autoridades de salud.
“La economía dice que es momento de reactivarnos, pero sin considerar que (estas actividades) son centros de contagio masivos. Las bodas, matrimonios, se tendrían que suspender, es una experiencia muy mala que estamos pasando”, manifiesta también.
Según este invitado, por lo menos 15 asistentes al evento resultaron contagiados.
RECHAZAN ESTE TIPO DE FIESTAS
El jefe de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Juan Nacer, señaló que evitar las medidas de bioseguridad predispone a un contagio masivo de coronavirus, especialmente en actos sociales.
“No se pueden hacer fiestas, en este momento, con gran cantidad de gente. Si van a hacer una actividad, tiene que ser muy pequeña y manteniendo la distancia”, recomendó la autoridad.
Correo del Sur