
El país era feliz, jugaba su primer mundial por méritos propios, con una camada de jugadores de alta jerarquía, al frente, la reciente campeona del mundo. El estadio, una colosal estructura.

La selección boliviana de fútbol, jugará este viernes un partido amistoso con la selección de México desde las 20:00, en un escenario que le recuerda un campeonato mundial y donde todo un país estuvo emocionando pendiente de lo que sucedía en el debut.

Eran las 15:00 del 17 de junio de 1994, cuando una selección sudamericana inauguraba un mundial contra la reciente campeona Alemania, 63.117 estaban en las graderías del coloso Soldier Field de Chicago, La Verde dirigida en ese entonces por Xavier Azkargorta deleitó con su juego, de toques, desbordes y remates, sino fuera por un infortunio en uno de los pasajes del partido, el arquero Trucco se resbaló y Klinsmann aprovechó para empujar y decretar la victoria teutona.

Sin embargo, en nuestro país los hinchas no se cambiaban por nada, Bolivia había caído pero jugando bien, e incluso arrinconando a Alemania, alguna que otra desazón por la frustración del resultado.
En pleno 2024, después de 30 años, nuevamente Bolivia pisará el césped de aquel mítico escenario deportivo que los albergó en su época de auge futbolístico, el Soldier Field, una de las atracciones turísticas más famosas de Chicago. Durante la «época dorada» del deporte, se convirtió en un recinto de referencia para los fanáticos del deporte en la ciudad, y la gente acudía en masa a ver los partidos.

Conocido inicialmente como el Estadio Municipal Grant Park, se rebautizó en 1925 en honor a los veteranos de la Primera Guerra Mundial. En sus comienzos, el campo tenía forma de U y capacidad para 100.000 personas. Es el campo de los Osos de Chicago desde 1971.
Continuando con las características del escenario deportivo, también suele albergar partidos de fútbol y juega de local el Chicago Fire de la Major League Soccer desde 1998 hasta 2005. Fue una de las sedes de la Copa Mundial de Fútbol de 1994 que se celebró en Estados Unidos.
Actualmente el estadio tiene capacidad para 61 500 espectadores, lo que lo convierte en el estadio de la National Football League de menor capacidad, detrás del Oakland-Alameda County Coliseum que cuenta con una capacidad de 63 023 espectadores.
